martes, 19 de diciembre de 2023

Níjar, castillo de San Francisco de Paula o del Corralete

Poca información encuentro en la red sobre el castillo o fuerte abaluartado que hoy paseo. Y si poca es la información existente, más escasos son los vestigios que de ese fuerte quedan, pues no hace mucho, apenas 160 años, fue demolido para levantar sobre sus cimientos y sus muros desmochados, el faro que hoy se contempla.
Estoy en el mismísimo Cabo de Gata, en el municipio de Níjar, y muy cerca de la pedanía que lleva el mismo nombre. Si afino la vista, desde aquí se ve el torreón de San Miguel, cuya lamentable ruina pervive a duras penas a las afueras de la población de Cabo de Gata. Desde aquí también se tiene conexión visual con la torre de la Testa a poniente y la de la Vela Blanca a levante, sobre la cala de la Punta Negra. Mejor protección del cabo, imposible.
Este es el castillo de San Francisco de Paula, también conocido como de Corralete, por encontrarse justo al lado de la ensenada llamada así, y a la que tenía que proteger a fin de evitar desembarcos de piratas del sur y del norte. Igualmente, el lugar que ocupa se llama Morrón de Corralete —imagino que por el mismo motivo—.
El arrecife de las Sirenas


EL FUERTE:

Fue edificado entre 1737 y 1738, durante el reinado de Felipe V, por los ingenieros Felipe y Pablo Crame, y prácticamente destruido por los franceses (otra vez los de siempre) durante la Guerra de la Independencia.

Felipe Crame recibió la orden de proyectar y dirigir las obras necesarias para defender el cabo de Gata, por parte del Duque de Montemar, y en el caso que hoy me ocupa, había propuesto la construcción, en el Morrón del Corralete, de una torre artillada. Pero en 1735, el propio Felipe Crame desestimó su propuesta, y planteó la construcción de un fuerte para cinco cañones y guarnición de 8 o 10 hombres; presupuestó la obra en 66.116 reales de vellón. Curiosamente, todos los materiales y herramientas, así como los obreros, fueron trasladados desde Almería por mar el 2 de abril de 1737, día de la festividad de San Francisco de Paula; Felipe Crame adoptó esa titularidad de manera provisional, pero finalmente quedó asignada de manera definitiva.

Las obras concluyeron en 1738 pero ya dirigidas por su hermano Pablo, también ingeniero y militar. La dotación con la que se dotó estuvo formada por un sargento y ocho soldados.

Durante el reinado de Carlos, y conforme a lo que establecía el Reglamento de 18/agosto/1764 —“Reglamento que Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al Real servicio de la costa del Reino de Granada en 1764”—, este fuerte fue incorporado al dispositivo de defensa.

De 1803, existe una descripción bastante minuciosa en la que ya se anticipaba su deterioro, que fue consumado durante la Guerra de la Independencia, siendo desartillado y semidestruido por los invasores. Ya no se ejecutaron obras de restauración.

Otra descripción posterior, en 1849, nos cuenta cómo eran las piezas de artillería robadas por los franceses y las posibilidades estratégicas que aún tenía el fuerte. Ya no estaba ocupado, y la dotación de carabineros adscrita a él, ocupaban una casa cercana.

Sobre sus ruinas se levantó en 1863, dentro de un plan de señalización de la costa española, un faro, que fue inaugurado en la noche del 30 de abril de 1863. Tuvo una altura de 18 metros, óptica giratoria y una frecuencia de destellos cada 30 segundos a más de 50 metros sobre el nivel del mar, pudiendo ser observados desde 30 millas de distancia. Las instalaciones se completaron ya en el siglo XX, desmantelándose lo poco que quedaba de la fortaleza, por lo que a día de hoy apenas si aprecia el arranque de algunos muros.

El 14 de julio de 1937 fue bombardeado por aviones del bando nacional, produciéndose numerosos daños que no impidieron que el faro siguiera funcionando con normalidad.

Fue también un puesto del Cuerpo de Carabineros, para pasar a la Guardia Civil una vez disuelto ese Cuerpo al finalizar la Guerra Civil. Con la primera reorganización del de la Guardia Civil, ya en democracia, desapareció el Puesto del Corralete, nombre con el que se le conocía.

 


LOS DETALLES:

Sobre el peñón rocoso se levantó una plataforma circular terraplenada que se cerraba en su gola con un hornabeque, donde quedaban alojadas las distintas dependencias del fuerte: almacenes, cuartel con capacidad para doce soldados y un oficial, capilla y la entrada. Tenía la amplitud necesaria para seis cañones, pero fue dotado con cuatro.

En la fachada del hornabeque tuvo un pequeño foso, por lo que el acceso se hacía mediante un puente levadizo.

 



RESUMIENDO:


Nombre: Castillo de San Francisco de Paula o del Corralete.
Localidad: Níjar
Municipio: Níjar
Provincia: Almería

 

Tipología:    fuerte abaluartado

Época de construcción: siglo XVII

Estado: Nada que decir del castillo, cuyos restos son inapreciables, apenas si se pueden observar algunos muros reutilizados.; el faro, por supuesto, muy bien de salud.

Propiedad: Pública

Uso:

Visitas: Totalmente libre y recomendable, la visita por el exterior, con las precauciones de rigor.

Protección: Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español. A pesar de que este decreto puso bajo la protección del Estado a todos los castillos españoles, cualesquiera que fuera su estado, es evidente que esta fortaleza fue alterada para un uso diferente. Como tantas.

La Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la comunidad andaluza en 1993.

A partir de 1987, los terrenos de esta playa, y por tanto la torre, quedaron incluidos en el Parque Natural de Cabo de Gata.

 

Clasificación subjetiva: 2, si se pasa cerca y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo. Es decir, que se incluirá en una ruta de viaje, pero no pasa nada si luego no se visita. Pero esta observación es estrictamente dedicada a los restos del castillo, porque si tuviéramos que dar una nota al paisaje, ésta sería mucho más eleva da, naturalmente.

Otras cuestiones de interés: Sobre lo que fue el patio central del castillo —en el centro de la zona semicircular— se levantó en 1863 un faro. Se situó justamente en el límite de la demarcación costera de Cádiz y Cartagena. De 18 metros de altura, más de 50 sobre el nivel del mar, óptica giratoria, una frecuencia de destellos cada 30 segundos y un alcance de 30 millas de distancia, fue inaugurado la noche del 30 de abril de 1863.

Las instalaciones se completaron en el siglo XX, añadiéndose una casa para el farero. Durante la Guerra Civil fue pintado con colores de camuflaje.

Curiosidades: En principio se iluminaba con una lámpara de aceite de oliva, a partir de 1882 se usó la parafina y desde 1902 el petróleo; en 1973 entró en funcionamiento un servicio de radiofaro, y en 1978 se instaló una sirena de gran alcance. Actualmente sigue en funcionamiento y en perfecto estado.

Las vistas desde lo más alto del peñón, puestas de sol, el llamado Arrecife de las Sirenas —una antigua chimenea volcánica—, etc., son impresionantes. Y si se consigue ver algún ejemplar de focas monje, pues mejor que mejor. 

Cómo llegar: desde Almería, tomar la AL-12 dirección El Alquián, y después N-344 hacia Retamar; aquí la Al-3115 hacia Rambla de Morales/Ruescas y a continuación Cabo de Gata. Desde aquí al faro, basta seguir la carretera, AL-3115, que pasa por la Almadraba de Monteleva y termina en el faro.

Coordenadas:

36.72521509501322, -2.19381388605234

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