A varios tiros de piedra y a un golpe
de buena vista desde la torre de Cerro Gordo, se encuentra la torre-faro de la
Punta de la Mona. Estamos en el término municipal de Almuñécar, justo donde se
cierra la bahía de La Herradura, en el llamado cerro de la Punta de la Mona, a
casi 125 metros de altitud sobre el mar. En este monte las viviendas
vacacionales se apiñan en su ladera oeste llegando a abrazar el faro, al que se
llega después de serpentear un buen rato a través de estrechas calzadas, e ir
dejando, cuando las curvas y las edificaciones te lo permiten, unas
espectaculares vistas sobre el Mediterráneo.
El origen de esta torre,
como en el de otras muchas, estuvo en una árabe; todas ellas fueron
reconstruidas allá por los siglos XVI al XVII, o en el XVIII como ésta, para
velar por la seguridad de los paisanos del lugar.
Leo que en las
inmediaciones hubo una rábita,
amurallada y con torre, la que hoy me ocupa, que estuvo en uso hasta el siglo
XVIII en que, en vista de su mal estado, fue necesaria su reconstrucción, que
se realizó entre 1767 y 1773. A partir de entonces, la torre, llamada de la
Rábita, fue denominada como
Torre de la Concepción;
cosa habitual la de nombrar a las edificaciones militares con nombres alusivos
al santoral católico. Aunque con el paso del tiempo fue alternando su nombre
con el de la Punta de la Mona, que es el que ha perdurado hasta nuestros días.
A mediados del siglo XIX se renunció a su uso
militar y, también como otras torres, fue cedida al Cuerpo de Carabineros.
Nunca tuvo artillería, a
pesar de tener condiciones para haber sido dotada de ella, tanto estructurales
como desde el punto de vista de su posición topográfica.
Mucho más tarde, anteayer
prácticamente, en 1990, se restauró nuevamente la torre para convertirla en
faro marítimo y así continuar con su labor de asistencia, pero ahora para con
los hombres de la mar. Su nueva vida con balconcillo perimetral, linterna y
cúpula metálica comenzó en 1992; buen año para algunos.
Al fondo, los peñones de San Cristóbal, Almuñécar. Más allá la torre de La Velilla. |
Una vez en la cima del cerro observamos
a levante la escarpada costa de Almuñécar; y al fondo, la torre de la Velilla.
Parece que ambas protegieran, aún hoy, a la ciudad y su castillo de San Miguel.
En cambio, si miramos a poniente sólo
veremos muros y viviendas. Lástima, porque desde aquí justo debió haber una
buena panorámica de la bahía de la Herradura (desde la linterna del faro seguro
que la hay). Así que por este lado nada que destacar.
La torre de la Punta de
la Mona es, morfológicamente, muy parecida a sus primas más próximas:
troncocónica, de unos 10’50 metros de altura y 8’70 de diámetro mayor. Se apoya
sobre una plataforma de mampuestos que nivela el terreno y supera en superficie
a la torre; su muro también es de mampostería bien tratada y rejuntada, tomada
con mortero de cal, con verdugadas de ladrillo cada cuatro o cinco hiladas de
piedra. Y así hasta la base del peto de la azotea que es de ladrillo
aplantillado. El peto también es de piedra y su remate superior, la albardilla,
vuelve a ser de ladrillo.
El acceso, situado en la
cámara superior, queda orientado hacia el norte; se trata de una puerta con
jambas y dintel de ladrillo, colocada a 7’50 metros sobre el suelo; en el piso
inferior, y orientados a los puntos cardinales, se abren cuatro troneras. Desde
esta cota hasta el suelo, la torre es maciza.
A partir su restauración,
la entrada se alcanza mediante una escalera metálica que rodea la torre.
Mientras fue torre almenara (en cierto modo lo sigue siendo), se utilizaría una
escalera que se recogería hacia su interior.
En sus proximidades
quedan restos de un aljibe que, seguramente, dio servicio a los usuarios de la
torre.
RESUMIENDO:
Nombre: Torre de la Punta de la Mona, de
los Berengueles, de la Rábita, de la Concepción o Faro de La Herradura.
Municipio: Almuñécar
Localidad: La Herradura
Provincia: Granada
Tipología: torre almenara
Época de construcción: siglo XVIII
Estado: En muy buen estado de
conservación, ya que su reciente restauración ha sido total, a fin de ponerla
nuevamente en uso.
Propiedad:
Uso: Faro.
Visitas: Totalmente libre, hasta la base.
No se puede acceder al interior.
Protección: Bajo la protección de la
Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre
el Patrimonio Histórico Español.
En 1993 la Junta de Andalucía
otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Andaluza.
Está
declarado Bien de Interés Cultural desde el 22 de junio de 1993.
Clasificación subjetiva: 2, es decir, que si
pasas cerca y vas con tiempo se visita.
Otras cuestiones de interés: por la singularidad de esta torre, dejo unos datos
relativos al faro, y así mi personal curiosidad queda satisfecha sabiendo que
aquí me quedan archivados.
Latitud:
36º 43,5′ N
Longitud:
03º 43,8′ W
Alcance
en millas: 15
Forma
y material de la torre: Circular y de Piedra
Altura
de la torre: 14 metros
Altura
plano focal: 140 metros
Fuente
de luz original y óptica: Lámpara de luz incandescente y dóptrica.
Tipo
de óptica actual: Dióptrica
Destello:
un segundo de luz y cuatro de oscuridad.
Periodo
de adaptación: 1988-1990
Constructor: Luis Romero y Severiano
Benavides.
Y como en tantas torres almenaras,
es cuestión de interés seguir la costa, y seguir viendo más torres y castillos.
De paso, baños en las playas y deleitarse con los numerosos valores naturales.
Cómo llegar:
desde el extremo oriental de la playa de La Herradura, parte una
carretera-calle, porque sigue siendo zona urbana, que ascenderá el cerro. Es
fácil equivocarse, que a mí me sucedió, así que lo mejor es preguntar. Pero lo
que no falla es pensar que subiendo se llegará a la cima, que es donde está la
torre.
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