martes, 12 de julio de 2016

Villalba de los Barros, castillo de La Vaguada

Desde Almendralejo, al que atraviesa la vieja carretera N-630 y casi roza la A-66 o E-803, hasta Villalba de los Barros, hay apenas una distancia de 15 kilómetros. Pocos como para no considerar a este pueblo dentro del camino que une, por el este peninsular, el sur con el norte. Aunque levemente alejado, es pues, otro castillo más de la Vía de la Plata.
Villalba está en plena comarca de Los Barros, y de ahí el apellido. Con respecto al nombre hay versiones sobre su origen: que si hacia el siglo XIII ya había en el lugar una alquería conocida como Villa Alba —casa blanca—; o que al haber ocupado durante parte de la Reconquista la zona más oriental de las tierras recuperadas, y ser por ahí por donde salía el sol, ya era motivo suficiente para denominarla así.

EL LUGAR:
Si optamos por la primera versión sobre la etimología del topónimo, hemos de continuar situándonos en el momento en que Sancho IV de Castilla —1258-1295—, el que fuera hijo de Alfonso X el Sabio y conocido como el Bravo, otorgara al Almirante Juan Mathé de Luna, a la sazon su Camarero Mayor, un privilegio para que repoblara este lugar y lo convirtiera en villa. Aquel lugar, la antigua Villa Alba, era ya conocido como Puebla de Don Falcón, y a partir de entonces ya fue Villalba.
A finales del siglo XIV la villa, junto con otras, fue incorporada mediante compra al recién creado Señorío de Feria — que sólo contaba con las localidades de Zafra, Feria y La Parra—, por la módica cantidad de 100.000 maravedíes.
En el siglo XIX se constituyó en municipio independiente. Y así hasta hoy.



EL CASTILLO:
El castillo, conocido como de La Vaguada, fue construido por los cristianos sobre una rocosa loma que, como debe ser, domina la población. Lo levantaron sobre los restos de otro anterior almohade, como bien se aprecia en el tapial de las zonas más bajas de algunos lienzos.
Poco después de la fundación de la actual Villalba —estamos ya a principios del siglo XV—, el viejo castillo es reconstruido por don Gómez Suárez de Figueroa. De esta época son los altos muros y sus torres —se duplicó la altura de los muros—.
Cuando la villa pasa a la propiedad del Señorío de Feria, el castillo ya es una realidad. Los de Feria lo refuerzan, añadiendo probablemente el gran cuerpo junto a la torre del Homenaje y la barrera exterior, convirtiéndolo en su residencia. Poco después, en 1443, los de Feria se trasladaron al Alcázar de Zafra, dejando Villalba de ser el centro territorial de la familia.
Más tarde, en el siglo XVIII, se abandona su uso y mantenimiento, quedando totalmente dejado de la mano de Dios para ser lugar de cobijo de vagabundos y corral de ganado, que lo degradaron considerablemente. Únase a ello el expolio de todos los materiales del interior; vamos, lo de siempre —de los franceses no tengo datos al respecto—.

El entorno actual del castillo en consonancia con su estado.

LOS DETALLES:
La fortaleza que nos ha llegado, de imponente y señorial aspecto, es de planta rectangular, y se organiza alrededor de un apretado patio de armas; la gran altura de sus muros hace aumentar aún más la sensación de estrechez del espacio. Se especula con la posibilidad de que en época musulmana, el patio estuviera cubierto, disponiéndose en él una mezquita.
Las esquinas de la fortificación están reforzadas con desproporcionados pero sólidos cubos cilíndricos; en el centro de tres de sus fachadas se repiten estos mismos elementos —borje, botarel o contrafuerte—, aunque semicilíndricos y de un diámetro bastante inferior. Las torres de las esquinas, macizas hasta la altura de la planta primera, se cubrían con bóvedas de ladrillo.

Fachada este del castillo con la barrera en primer término.

La cuarta de las fachadas, la que se orienta al norte, está dominada por la torre del Homenaje —rectangular, tres plantas y fuertes bóvedas de cañón—, de un aspecto más potente aún que las demás, pero parcialmente disminuida por el fuerte elemento semicilíndrico que adosaron, que con toda probabilidad es posterior al conjunto del edificio. Ésta última torre es macizo casi en su totalidad, sólo la última planta es accesible y dispone de una bóveda como cubierta.

La torre del Homenaje y los cubos adosados desde el oeste.
Aún se aprecian elementos en sus fachadas y en su interior, como ventanas recercadas de ladrillo y fragmentos de pintura al fresco en la primera planta, que denotan evidente sensibilidad por parte de sus constructores.
El interior se estructuraba en cuatro crujías apoyadas en los muros, dejando en el centro un pequeño patio cuadrado rodeado de galerías cubiertas de bóvedas de arista —aún quedan sus arranques—. En el centro, un aljibe recogía el agua de lluvia de todos los tejados, la cual se canalizaba mediante tuberías de cerámica.
Puerta de acceso al edificio principal.

Concéntrico al edificio central y también de planta rectangular, se aprecian los restos de una barrera.
Los materiales utilizados fueron principalmente y de forma intensiva, la mampostería en todos sus lienzos y torres; sillares en las esquinas de la torre del Homenaje y el ladrillo en bóvedas, huecos y pavimentos; todo ello cogido con morteros de cal.

Detalle del interior de un lienzo de la barrera.

La Liza del castillo, entre éste y la barrera.


 
RESUMIENDO:

Nombre: Castillo de Villalba de los Barros o de la Vaguada.
Municipio: Villalba de de los Barros.
Provincia: Badajoz.

Tipología: Castillo.
Época de construcción: siglos XIV-XV, con ampliaciones posteriores.
Estado: Aunque aparentemente presentan sus muros y torres un buen aspecto, realmente se encuentran en un estado de ruina consolidada, sobre todo la barrera del primer recinto. Durante los años finales del siglo pasado y primeros del presente, se han venido realizando algunas intervenciones de restauración.

Propiedad: Pública (¿municipal?).
Visitas: totalmente libre el entorno y el primer recinto; el castillo está actualmente —abril 2007— cerrado, dado que es objeto de obras, o al menos así lo parece.
Protección: Incluido en la Declaración Genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre Patrimonio Histórico Español.
Está catalogado como bien de Interés Cultural desde el 3 de septiembre de 1991.
Clasificación subjetiva: 2, o sea, que si se pasa cerca —recorriendo la Vía de la Plata-Camino de Santiago— y se va con tiempo pues se acerca uno a verlo, que merece la pena ver su silueta alzarse sobre los tejados del pueblo.

Cómo llegar: Desde la N-630, o la A-66 (E-803), a la altura de Almendralejo, tomaremos la EX-105 en dirección a Aceuchal, y desde aquí a Villalba de los Barros. Llegando al pueblo ya se divisará el castillo; su silueta es inconfundible.


Otras cuestiones de interés:



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