martes, 25 de mayo de 2021

Alcalá de Guadaira (4), Murallas Corachas

Nos resta para completar el paseo por una de las mejores fortalezas del sur, la descripción de las tres murallas corachas. Para ello volveremos al principio y nos situaremos casi en la base del cerro para iniciar nuestro paseo por la calle San Fernando o calle Ancha, que así se llamaba antiguamente a la vía que nos llevó hasta el Cerro del Castillo.


LA PUERTA DE SAN FERNANDO (ARCO DE SAN MIGUEL):

Crucemos la primera muralla coracha por el Arco de San Miguel, al que también llaman de San Fernando, que al fin y al cabo él fue el conquistador de la villa y bajo ese arco debió pasar cuando la tomó. La nombraré así a partir de ahora, a fin de distinguirlo del arquillo que más arriba he de encontrar y de, ya se habló de ella en la entrada anterior, la Puerta de San Miguel en la muralla de la Villa Medieval. Rectificaré, sin ningún problema, si alguna voz autorizada me corrigiera.

La puerta de San Fernando fue construida entre los siglos XIII y XV, siendo el principal acceso al arrabal que se desparrama por la ladera sur del cerro del Castillo. El arrabal fue la primera gran ampliación urbana de la población ya extramuros de la Villa Medieval.

Ese ensanche del poblamiento obligó a fortificar esa ladera del cerro, para lo que se construyeron las dos murallas corachas que, partiendo de la puerta de San Fernando, debían protegerlo: una sube el cerro hasta la muralla de la villa, y la otra baja desde la barbacana del castillo hasta el río, donde se encuentra el Molino del Arrabal. Ambas quedarán unidas por una prolongación de las mismas que discurría paralela a la orilla del río.

Hasta su reciente restauración, el acceso al arrabal del castillo se hacía bajo el arco, ya que este era el único camino para subir al castillo con vehículos a motor, pues el otro acceso, la Puerta de Santa María, situada arriba del cerro en su punta de levante, era peatonal. Actualmente, una calzada alternativa lo sortea por su izquierda en la subida, evitando el progresivo deterioro al que se veía sometido, y ofreciéndosenos tal y como fue construido

 

LA PRIMERA MURALLA CORACHA:

Decíamos que desde la Puerta de San Fernando sube hacia el norte, por la empinada ladera del cerro, la primera muralla coracha (Coracha C en el plano) que se une a la muralla de la Villa Medieval en su ángulo más meridional.

Muy cerca de donde se une esta coracha con la muralla de la villa, se encuentran los restos del arquillo de San Miguel, en la pequeña calle del mismo nombre. Se trata de un postigo que, muy cerca de la iglesia del mismo nombre, daba acceso al barrio intramuros. De reducidas dimensiones y pobre factura, se encuentra en un estado avanzado de deterioro.

Durante el siglo pasado, esta ladera del cerro fue ocupada por familias que construyeron sus viviendas adosadas, en muchos casos, a la muralla, por lo que ésta ha quedado oculta entre las edificaciones, formándose una manzana de viviendas entre la muralla y la actual calle León XIII.

Termina esta primera Muralla Coracha en el torreón situado en el vértice más al sur de la muralla de la Villa Medieval. la Puerta de San Miguel, que era el acceso que desde el arrabal del mismo nombre se tenía hacia la Villa Medieval. Se sitúa esta puerta al final de la Avda. del Águila, a la derecha, justo antes del actual acceso rodado al conjunto de la Villa Medieval. De ella sólo se conservan sus muros de tapial y piedra que conforman su planta en recodo.

 

LA SEGUNDA MURALLA CORACHA:

Esta segunda muralla coracha (Coracha B en el plano) bajaba desde la barbacana del alcázar, a la altura de la unión entre el Patio de la Sima con el de los Silos, hasta el río, protegiendo el arrabal por el norte. Un postigo, llamado del Arrabal, facilitaba la salida al exterior de la muralla. Los restos de este postigo se encuentran al final de la calle Arrabal, en el último tramo que queda de esta coracha, lugar de complicado acceso.

La existencia de esta coracha daría seguridad en las necesarias tomas de agua para los aljibes de la fortaleza.

 

LA TERCERA MURALLA CORACHA:

Desde el vértice noroeste del alcázar y descendiendo apenas unos metros por la empinada ladera, se levantó una tercera muralla coracha (Coracha A en el plano), cuya misión era dividir en ese punto la estrecha franja de terreno que rodea en esa zona la barbacana que protege la Torre del Homenaje, complicando aún más el posible ataque por ese lado. No tenía conexión con la segunda muralla coracha situada unos cincuenta metros al sur.

 De vuelta a la Puerta de San Fernando y continuando hacia su izquierda, es decir, hacia el oeste, existió una muralla que recorría toda la ribera del río, circunvalando el cerro por sus laderas oeste y norte, encerrando en su interior el Arrabal de San Miguel, hasta morir a la altura del molino llamado también del Arrabal, uno de tantos con los que cuenta el río Guadaira a su paso por la población.

A mitad de la muralla, en su extremo sur y casi en el vértice del meandro en el que el río se orienta al norte, se abría la que llamaban Puerta de la Barqueta, que daba acceso al río. Su nombre hace referencia, probablemente, a que ahí hubo un paso de barcas. Apenas si se conserva algo de esta puerta, ya que las tierras arrastradas por el río y la erosión que éste produce en la orilla, junto con la vegetación existente, han hecho que, prácticamente, haya desaparecido.

La foto no es mía, el autor (¿?) de la recreación la ha firmado.


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