lunes, 7 de septiembre de 2020

Carvoeiro, fuerte de Ntra. Sra. de la Encarnación

El fuerte de Nuestra Señora de la Encarnación, o lo que de él queda, está en Carvoeiro, freguesía dependiente de Lagoa desde el 28 de enero de 2013.

Para el no ilustrado en la materia diremos que una freguesía —feligresía en castellano, sin uso, o pedanía y parroquia, según las regiones españolas— es una organización administrativa, propia de los países de influencia portuguesa, en que se divide un municipio o concelho —varios municipios conforman un distrito, y todos los distritos el país—. Hasta aquí el inciso aclaratorio.

Esta población parece tener un origen romano, su nombre árabe y su dedicación de toda la vida, a la pesca. De finales del siglo pasado para acá ha cambiado, en gran medida, su medio de sustento: hoy es el turismo y en mucho menor volumen, la pesca de otros tiempos.
Carvoeiro, al fondo a la derecha, el fuerte sobre el acantilado


EL FUERTE:

Al oeste de la playa de Carvoeiro, sobre el acantilado — a unos 100 metros sobre el nivel del mar, lo que me parece una barbaridad—, en un paisaje propio de aquella costa, con una inmejorable visión del océano, estuvo este fuerte de planta abaluartada y del que hoy sólo contemplamos su puerta y poco más
Fue construido en el siglo XVII con la finalidad —no podía ser otra— de proteger este pueblo y su fondeadero de los frecuentes ataques de piratas y corsarios. Se levantó bajo la dirección del gobernador de Algarve, D. Nuno de Mendonça, conde de Val dos Reis, comenzándose las obras en 1670.
Fachada principal del fuerte.

El 1 de noviembre de 1755, fecha que se vivió de igual manera en multitud de lugares, la fortificación fue gravemente dañada por el tsunami que siguió al terremoto de Lisboa. A partir de entonces no levantó cabeza y un siglo más tarde —1861—, ya en ruinas, fue abandonada para ser adaptada, diez años después como puesto de la Guardia Fiscal.
De aquella fortaleza, ya hemos dicho, sólo queda un portal, el único que tenía, y que orienta al este. Sobre él, una lápida, que no llego a interpretar del todo, pero en la que sí leo la fecha de la terminación de la obra, 1675. Además podemos observar reconstruido, lo que fue el muro de levante y el baluarte del sur, así como el arranque del muro a todo lo largo de su fachada sur.

Su planta, según se desprende del dibujo de José de Sande Vasconcellos de 1790, fue un polígono irregular, con dos pequeños baluartes en los extremos del muro de levante y las baterías apuntando al oeste; en el interior, las dependencias propias del edificio: cuartel, ermita y almacenes.
Puerta de acceso al fuerte.

Lápida sobre la puerta.

Interior de la puerta.

El portal está formado por un doble arco de medio punto de piedra, y sobre el de entrada un dintel también de piedra. Entre ambos arcos una bóveda de medio cañón de longitud igual al espesor del muro. En su interior, y a ambos lados del arco exterior, aún se conservan los goznes tallados en piedra.
El fuerte desde el este, tras el muro, la ermita.

En el interior del que fue su recinto, se levanta una ermita dedicada a Ntra. Sra. de la Encarnación —Nossa Senhora de Encarnaçao—, de la que se dice que su construcción es anterior a la propia fortificación. Su traza no parece corresponder con tiempos pasados sino más bien con otros más contemporáneos. Tal vez sea así a causa de la profunda restauración-reconstrucción a que fue sometida en 1942, y más tarde en 1965.

El muro de levante, la banqueta y el parapeto.

El pequeño baluarte reconstruido.

Y ADEMÁS:

Qué puedo decir sobre estos lugares que no haya dicho ya en otros momentos. Mejor enumero lo que alrededor se puede encontrar, como los cómodos caminos de madera para andar sobre los acantilados; o los paseos sobre el mar para conocer el Algar Seco y otras tantas cuevas. Y si hay fuerzas, que el paseo llegue hasta el cabo de Alfazima y mirar el océano junto a su faro.

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